Día 16 El ayuno mueve la mano de Dios a nuestro favor
• La disciplina del ayuno le saca de la rutina del mundo. Es una forma de adoración; ofrecer su cuerpo a Dios como sacrificio vivo santo y agradable a Dios (Romanos 12:1).
• La disciplina del ayuno le ayudará, le recordará su dependencia de Dios y le llevará otra vez a su primer amor. Hará que las raíces de su relación con Jesús, y su adoración sea más profundas.
• La pesadez o angustia quita la adoración de su vida. La iglesia es deprimente, a menos que aprenda usted a adorar. No hay nada peor que una iglesia llena del espíritu que haya perdido el manto de alabanza y agarre el espíritu de pesadez o estupor. Dios desea nuestra alabanza más que nuestra mera asistencia a la iglesia.
• Eso no es decir que deberíamos descuidar el reunirnos como cuerpo, pero los momentos en que estamos juntos, al igual que cuando estamos solos, deberían ser para glorificar y alabar a nuestro asombroso y adorable Dios. ¡la alabanza hace retroceder al enemigo!
• Uno de mis ejemplos favoritos de este hecho se encuentra en 2 Crónicas. Al rey Josafat le dijeron: “contra ti viene una gran multitud del otro lado del mar, y de Siria; y he aquí están en Hazezon-tamar, que es En-gadi. Entonces el tuvo temor; y Josafat humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a toda Judá.” (2 Corintios 20:2-3).
• Ahora bien, Josafat acababa de poner en orden el reino de Judá. Las cosas iban bien. En cuanto habían comenzado a disfrutar de paz, oyeron que un ejército, mucho mayor del que podían derrotar, ya estaba de camino. Josafat podría haber muerto bajo ese espíritu de angustia.
• El pasaje dice que él “tuvo temor”, pero solamente se detuvo un momento ahí. De inmediato, se propuso, él y todo el pueblo de Judá, buscar al señor mediante el ayuno y la oración. Entonces tomó su lugar en la asamblea del pueblo y comenzó alabar, proclamando quién era Dios y todo lo que Dios había hecho por ellos.
• Concluyó al decir: “porque en nosotros no hay fuerza contra tan grande multitud que viene contra nosotros; no sabemos qué hacer, y a ti volvemos nuestros ojos” (v.12). luego esperaron.
• Cuántas veces nos encontramos a nosotros mismos diciendo eso mismo: “no sé qué hacer. Este problema es mucho mayor de lo que yo pueda manejar.” ¡debemos poner nuestros ojos en Dios!.
• La historia continúa “y estaba ahí Jahaziel…levita de los hijos de Asaf, sobre cual vino el Espíritu de Jehová en medio de la reunión” (v.14). Dios les dijo que la batalla no era de ellos sino de Él. Les dijo exactamente donde estaría el enemigo, pero dijo: “no habrá para que peleéis vosotros en este caso paraos, estad quietos, y ved la salvación de Jehová con nosotros. Oh Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, porque Jehová estará con vosotros”(v.17).
• El solo darnos cuenta que el Señor va a destruir a nuestros enemigos,
¡Sería razón suficiente para hacernos gritar! Y eso es preciosamente lo que hizo el pueblo de Judá. Jóvenes y viejos “se levantaron…para alabar a Jehová el Dios de Israel con fuerte y alta voz”. Al día siguiente se levantaron temprano al lugar donde el Señor les había dicho. Entonces, Josafat volvió a dirigirse al pueblo, y le dijo:
Oídme, Judá y moradores de Jerusalén. Creed en Jehová vuestro Dios y estaréis seguros; crecer en sus profetas, y seréis prosperados.
Y habido consejo con el pueblo, puso algunos que cantasen y alabasen a Jehová, vestidos de ornamentos sagrados, mientras salía la gente amada, y que dijesen: Glorificad a Jehová porque su misericordia es para con nosotros.
(2 Crónicas 20:20-21).
• Ahora bien observemos lo que sucedió cuando ellos comenzaron a alabar;
“Jehová puso contra los hijos de Amon, de Moab y del monte Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros” (v.22).
• ¡Hay poder en el ayuno colectivo y poder en la alabanza colectiva! Crea un río de sanidad, un río de liberación y victoria, un río de limpieza en la casa de Dios. Es momento de intercambiar luto por gozo y un manto de angustia por un manto de alabanza.
• La disciplina del ayuno le saca de la rutina del mundo. Es una forma de adoración; ofrecer su cuerpo a Dios como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. Romanos 12:1.
En su decimosexto día de ayuno, recuerde:
• Siga con su tiempo de oración y en su lugar de oración.
• Reflexione en su ayuno y cómo le está ayudando a crecer espiritualmente.
• Sus sentidos se vuelven más sensibles a lo que le rodea y también a la voz de Dios.
• Reflexione en los muros ya comenzaron a caer.
Pensamientos para su meditación y su diario:
• Recuerde mantener el curso. Escriba sus pensamientos sobre cómo puede seguir presentando su cuerpo como sacrificio vivo, y vea si el Señor no abre las ventanas de los cielos sobre usted y le colma de su presencia.
• El ayuno es una forma de adoración que le humillará. Recuérdese a usted mismo su dependencia de Dios.
Enfoque de oración del día 16: Ministerio Personal.
• Dios le ha dado dones para utilizarlos para sus propósitos. Eso me hace pensar en Abraham y en las cinco dinámicas que le llevaron al lugar del ministerio, el lugar de destino de Dios tenía para él.
• En primer lugar, el sabia “oír” a Dios. En segundo lugar, Abraham creyó en lo que oía. En tercer lugar, llegó al lugar de denunciar la zona de comodidad en la que vivía, a fin de seguir la dirección de Dios. En cuarto lugar, Abraham tuvo la valentía de seguir la dirección de Dios para su vida. Y finalmente, tuvo la tenacidad de enfocarse en la promesa no en los problemas que se interponían en su camino.
• Por tanto, en este día del ayuno le aliento a que ore y busque a Dios con respecto al propósito y el plan que El tiene para su vida, su ministerio para El.
• La disciplina del ayuno le ayudará, le recordará su dependencia de Dios y le llevará otra vez a su primer amor. Hará que las raíces de su relación con Jesús, y su adoración sea más profundas.
• La pesadez o angustia quita la adoración de su vida. La iglesia es deprimente, a menos que aprenda usted a adorar. No hay nada peor que una iglesia llena del espíritu que haya perdido el manto de alabanza y agarre el espíritu de pesadez o estupor. Dios desea nuestra alabanza más que nuestra mera asistencia a la iglesia.
• Eso no es decir que deberíamos descuidar el reunirnos como cuerpo, pero los momentos en que estamos juntos, al igual que cuando estamos solos, deberían ser para glorificar y alabar a nuestro asombroso y adorable Dios. ¡la alabanza hace retroceder al enemigo!
• Uno de mis ejemplos favoritos de este hecho se encuentra en 2 Crónicas. Al rey Josafat le dijeron: “contra ti viene una gran multitud del otro lado del mar, y de Siria; y he aquí están en Hazezon-tamar, que es En-gadi. Entonces el tuvo temor; y Josafat humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a toda Judá.” (2 Corintios 20:2-3).
• Ahora bien, Josafat acababa de poner en orden el reino de Judá. Las cosas iban bien. En cuanto habían comenzado a disfrutar de paz, oyeron que un ejército, mucho mayor del que podían derrotar, ya estaba de camino. Josafat podría haber muerto bajo ese espíritu de angustia.
• El pasaje dice que él “tuvo temor”, pero solamente se detuvo un momento ahí. De inmediato, se propuso, él y todo el pueblo de Judá, buscar al señor mediante el ayuno y la oración. Entonces tomó su lugar en la asamblea del pueblo y comenzó alabar, proclamando quién era Dios y todo lo que Dios había hecho por ellos.
• Concluyó al decir: “porque en nosotros no hay fuerza contra tan grande multitud que viene contra nosotros; no sabemos qué hacer, y a ti volvemos nuestros ojos” (v.12). luego esperaron.
• Cuántas veces nos encontramos a nosotros mismos diciendo eso mismo: “no sé qué hacer. Este problema es mucho mayor de lo que yo pueda manejar.” ¡debemos poner nuestros ojos en Dios!.
• La historia continúa “y estaba ahí Jahaziel…levita de los hijos de Asaf, sobre cual vino el Espíritu de Jehová en medio de la reunión” (v.14). Dios les dijo que la batalla no era de ellos sino de Él. Les dijo exactamente donde estaría el enemigo, pero dijo: “no habrá para que peleéis vosotros en este caso paraos, estad quietos, y ved la salvación de Jehová con nosotros. Oh Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, porque Jehová estará con vosotros”(v.17).
• El solo darnos cuenta que el Señor va a destruir a nuestros enemigos,
¡Sería razón suficiente para hacernos gritar! Y eso es preciosamente lo que hizo el pueblo de Judá. Jóvenes y viejos “se levantaron…para alabar a Jehová el Dios de Israel con fuerte y alta voz”. Al día siguiente se levantaron temprano al lugar donde el Señor les había dicho. Entonces, Josafat volvió a dirigirse al pueblo, y le dijo:
Oídme, Judá y moradores de Jerusalén. Creed en Jehová vuestro Dios y estaréis seguros; crecer en sus profetas, y seréis prosperados.
Y habido consejo con el pueblo, puso algunos que cantasen y alabasen a Jehová, vestidos de ornamentos sagrados, mientras salía la gente amada, y que dijesen: Glorificad a Jehová porque su misericordia es para con nosotros.
(2 Crónicas 20:20-21).
• Ahora bien observemos lo que sucedió cuando ellos comenzaron a alabar;
“Jehová puso contra los hijos de Amon, de Moab y del monte Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros” (v.22).
• ¡Hay poder en el ayuno colectivo y poder en la alabanza colectiva! Crea un río de sanidad, un río de liberación y victoria, un río de limpieza en la casa de Dios. Es momento de intercambiar luto por gozo y un manto de angustia por un manto de alabanza.
• La disciplina del ayuno le saca de la rutina del mundo. Es una forma de adoración; ofrecer su cuerpo a Dios como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. Romanos 12:1.
En su decimosexto día de ayuno, recuerde:
• Siga con su tiempo de oración y en su lugar de oración.
• Reflexione en su ayuno y cómo le está ayudando a crecer espiritualmente.
• Sus sentidos se vuelven más sensibles a lo que le rodea y también a la voz de Dios.
• Reflexione en los muros ya comenzaron a caer.
Pensamientos para su meditación y su diario:
• Recuerde mantener el curso. Escriba sus pensamientos sobre cómo puede seguir presentando su cuerpo como sacrificio vivo, y vea si el Señor no abre las ventanas de los cielos sobre usted y le colma de su presencia.
• El ayuno es una forma de adoración que le humillará. Recuérdese a usted mismo su dependencia de Dios.
Enfoque de oración del día 16: Ministerio Personal.
• Dios le ha dado dones para utilizarlos para sus propósitos. Eso me hace pensar en Abraham y en las cinco dinámicas que le llevaron al lugar del ministerio, el lugar de destino de Dios tenía para él.
• En primer lugar, el sabia “oír” a Dios. En segundo lugar, Abraham creyó en lo que oía. En tercer lugar, llegó al lugar de denunciar la zona de comodidad en la que vivía, a fin de seguir la dirección de Dios. En cuarto lugar, Abraham tuvo la valentía de seguir la dirección de Dios para su vida. Y finalmente, tuvo la tenacidad de enfocarse en la promesa no en los problemas que se interponían en su camino.
• Por tanto, en este día del ayuno le aliento a que ore y busque a Dios con respecto al propósito y el plan que El tiene para su vida, su ministerio para El.
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Entonces Jesús dijo a sus discípulos. Si alguno quiere venir en pos de mi, niéguese así mismo, tome su cruz, y sígame.
(Mateo 16:24
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